No hay brisa
que no me huela
al poemaque le palpita,
ni avenida
que tenga puertas
cuando me lleva
donde suspira.
No hay sueño
interminable
que no me hable
de mi dueño,
ni puerto
que me embarque
sin el pasaje
de sus versos
No hay ruta
que me provoque
ni un donde
sin ser suya,
nada se ajusta
más a mi talle
que el aire
de su burbuja.
No hay licor
que me embriague
como la sangre
de su amor,
ni flor
que se compare
donde me late
su corazón.
que no me huela
al poemaque le palpita,
ni avenida
que tenga puertas
cuando me lleva
donde suspira.
No hay sueño
interminable
que no me hable
de mi dueño,
ni puerto
que me embarque
sin el pasaje
de sus versos
No hay ruta
que me provoque
ni un donde
sin ser suya,
nada se ajusta
más a mi talle
que el aire
de su burbuja.
No hay licor
que me embriague
como la sangre
de su amor,
ni flor
que se compare
donde me late
su corazón.